UNA START-UP
CON IMPACTO
| La pandemia evidenció con crudeza una realidad innegable, el acceso al mundo digital es un derecho humano fundamental, manifestado en su máxima expresión en miles de niños que perdieron, irreversiblemente, meses de escolaridad por no tener acceso a internet. Millones de familias en los barrios de Latinoamérica no pueden acceder al mundo digital, o si lo hacen, es a costos y velocidades inalcanzables.
Nuestra ciudad natal de Corrientes, en el norte de Argentina, no es la excepción. Nos preguntábamos por qué en el centro de la ciudad podemos conectarnos a wifi en todos lados, mientras que en los barrios la gente depende de telefonía celular. Ahí nos decían que las grandes compañías no tienen cobertura, que aunque quisiesen y pagasen, nadie les instalaría internet. Decidimos juntarnos, diseñar y probar llevarles internet, y no sólo internet, sino internet de fibra óptica de alta velocidad.
Nos decían que no tenía sentido. Que la gente en el barrio no necesita velocidad. Que no nos pagarían el servicio. Que nos iban a robar los cables. Lo que pasó fue totalmente lo opuesto. Descubrimos un universo de gente con unas ganas infinitas de ser incluido en el mundo digital, que necesita tanta velocidad como cualquier otro y que valora el servicio tanto como alguien en el centro. Eso nos confirmó que nuestro sueño de conectar 10 millones de hogares en Latinoamérica es alcanzable. |
Allá vamos.